A mediados de diciembre de 2015, la Unión Europea debatió una ley que prohibiría efectivamente a todos los adolescentes menores de 16 años usar las redes sociales sin el consentimiento de sus padres. Esta disposición legal obligaría a Facebook, Twitter y otras redes sociales a cambiar sus sistemas para adaptarse a los nuevos estándares de interacción en línea dentro del continente europeo. Finalmente, el 18 de diciembre, la ley no fue aprobada y la decisión de establecer un límite de edad entre los 13 y los 16 años quedó en manos de cada estado miembro. A pesar de eso, el debate dejó a muchos preguntándose si se debería haber aplicado un límite de edad y dónde debería estar ese límite de edad.
El argumento a favor de un límite de edad
Desde 2006, Facebook establece una edad mínima de 13 años para el uso de sus servicios. La mayoría de las redes sociales han seguido este estándar, y el mundo vivió feliz para siempre. En la década de 2010 surgieron interrogantes sobre la supuesta peligrosidad del comportamiento predatorio de los adultos sobre los adolescentes que utilizan estas redes. Los adultos preocupados argumentan que se debe establecer una edad mínima porque los adolescentes más jóvenes no ejercen suficiente discernimiento cuando se trata de la interacción humana. Esencialmente argumentan que los adolescentes son mucho más susceptibles a la manipulación de alguien mucho mayor que ellos.
la unión europea propuesta de mediados de diciembre parecía apuntar a una «era digital de consentimiento» uniforme. Sin embargo, en lugar de presentar los argumentos enumerados anteriormente, la ley parecía estar preocupada por la edad a la que las personas deberían poder dar su consentimiento para que se manejen sus datos. La propuesta parece provenir de una dirección de preocupación por los adolescentes que son demasiado jóvenes para comprender las implicaciones de la seguridad y privacidad de los datos cuando aceptan que sus datos se utilicen de cualquier manera.
Argumentos en contra de la edad mínima
En última instancia, la batalla por un límite de edad uniforme en la Unión Europea se perdió simplemente porque los estados miembros no pudieron llegar a un acuerdo. Sin embargo, eso no significa que no haya argumentos legítimos contra la ley en primer lugar.
Quizás el mayor argumento en contra de una edad mínima en las redes sociales proviene del hecho de que, aunque las personas menores de 16 años pueden no ser expertos en seguridad y privacidad de datos, eso no significa necesariamente que sus padres lo sean. La ley hace la presunción indirecta de que cuando una persona cumple 16 años comprenderá las implicaciones de publicar una selfie vergonzosa en la Web. La enorme cantidad de treintañeros que hacen esto a diario difiere.
La ley quizás podría incluso representar una amenaza indirecta e involuntaria contra su propia intención. La sensación de seguridad que sentirían los padres al pensar que su hijo no tendrá acceso a las redes sociales hasta los 16 años los volvería complacientes. Con el tiempo, los adolescentes más jóvenes encontrarán una forma de eludir los requisitos de las redes sociales (que históricamente han sido difíciles de hacer cumplir). Esto creará un entorno en el que los padres se olvidarán aún más de lo que hacen sus hijos, lo que empeorará la situación.
Dada esta información, ¿de qué lado estás? ¿Crees que establecer una edad mínima es prudente? Si es así, ¿a qué edad se debe establecer y por qué? ¡Cuéntanos en un comentario!
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